Universo noviembre-diciembre 2025
NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2025 cundaria más densa tras perder la original. Es posible que TRAPPIST-1 e nunca llegara a hacerlo y carezca de atmósfera secundaria. Aun así, los cientí- ficos sostienen que existe la misma probabilidad de que sí tenga una, y han desarrollado nuevas técnicas de análisis para de- terminar las posibles atmósferas y condiciones superficiales del planeta e. Los investigadores consideran poco probable que la atmósfera de TRAP- PIST-1 e esté dominada por dióxido de carbono, como ocurre con la den- sa atmósfera de Venus o la tenue de Marte, pero también advierten que no existen paralelos directos con nuestro sistema solar. «TRAPPIST-1 es una estrella muy diferente al Sol, y por tanto el sistema planetario que la rodea también lo es» , señala Nikole Lewis, profesora asociada de astrono- mía en la Universidad de Cornell. «Esto pone a prueba tanto nuestras suposiciones observacionales como las teóricas» . Si TRAPPIST-1 e alber- gara agua líquida, los investigadores sostienen que estaría acompañada de un efecto invernadero moderado, en el que varios gases —en especial el dióxido de carbono— mantendrían estable la atmósfera y el planeta cá- lido. «Un pequeño efecto inverna- servaciones previas del pla- neta b, el más cercano a la es- trella, los científicos están bastante seguros de que se trata de un cuerpo rocoso desnudo, sin atmósfera. Esto significa que las señales de- tectadas durante su tránsito pueden atribuirse únicamente a la estrella, y dado que el tránsito del planeta e ocurre casi al mismo tiem- po, las variaciones debidas a la activi- dad estelar se reducen considera- blemente. Los científicos planean comparar los datos de ambos plane- tas, y cualquier indicio de compues- tos que aparezcan solo en el espectro del planeta e podrá atribuirse a su at- mósfera. «Aún estamos en las prime- ras etapas de lo que podremos hacer con Webb» , comenta Ana Glidden, investigadora posdoctoral en el Insti- tuto Kavli de Astrofísica e Investiga- ción Espacial del MIT, quien lidera el estudio sobre las posibles atmósferas del planeta e. «Es asombroso poder medir con tanto detalle la luz estelar que pasa por planetas del tamaño de la Tierra a 40 años luz de distancia y conocer cómo podría ser allí, si la vida podría existir en ese lugar. Estamos entrando en una nueva era de explo- ración, y es muy emocionante formar parte de ella» . E ste gráfico compara los datos recogidos por el espec- trógrafo infrarrojo NIRSpec de Webb con modelos informáticos del exoplaneta TRAPPIST-1 e con (azul) y sin (naranja) atmósfera.Las bandas de color estrechas muestran las ubicaciones más probables de los puntos de datos para cada modelo. [NASA, ESA, CSA, STScI, Joseph Olmsted (STScI)] ! dero puede tener un gran impacto» , explica Lewis, y las mediciones no descartan la presencia suficiente de CO ₂ como para mantener algo de agua en la superficie. Según el análisis del equipo, el agua podría adoptar la forma de un océ- ano global, o bien cubrir solo una zo- na más reducida del planeta donde la estrella permanezca en un perpe- tuo mediodía, rodeada de hielo. Esto sería posible porque, debido al ta- maño y la órbita cercana de los pla- netas de TRAPPIST-1, se cree que to- dos están acoplados por marea, con una cara siempre iluminada y la otra en oscuridad permanente. Espinoza y la co-investigadora principal Natalie Allen, de la Universidad Johns Hop- kins, dirigen un equipo que actual- mente realiza 15 observaciones adi- cionales del planeta e, con un enfo- que innovador. Han programado las observaciones de modo que Webb capte los tránsitos de los planetas b y e de forma consecutiva. Tras las ob- UNIVERSO
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