Universo noviembre-diciembre 2025

17 NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2025 ASTRO PUBLISHING L a imagen del enorme chorro estelar de Sh2-284, tomada por el telescopio Webb, proporciona evidencia de que los chorros protoestelares se escalan con la masa de sus estrellas anfitrionas: cuanto más masivo sea el motor estelar que impulsa el plasma, mayor será el chorro resultante. [Image: NASA, ESA, CSA, STScI, Yu Cheng (NAOJ); Image Processing: J. DePasquale (STScI)] lente a diez veces la del Sol, se en- cuentra a 15.000 años luz de distan- cia, en los límites exteriores de nuestra galaxia. El descubrimiento por parte de Webb fue fortuito. «No sabíamos realmente que existía una estrella masiva con este tipo de superchorro antes de la observa- ción. Un flujo tan espectacular de hidrógeno molecular desde una es- trella masiva es raro en otras regio- nes de nuestra galaxia» , dijo Yu Cheng, autor principal del estudio, del Observatorio Astronómico Na- cional de Japón. Esta clase única de fuegos artificiales estelares son cho- rros altamente colimados de plasma que emergen de estrellas en forma- ción. Estos flujos son como el anun- cio de nacimiento de una estrella al universo. Parte del gas que cae ha- cia la estrella central es expulsado a lo largo de su eje de rotación, pro- bablemente bajo la influencia de campos magnéticos. Aunque hoy se han observado cien- tos de chorros protestelares, la ma- yoría provienen de estrellas de baja masa. Estos chorros en forma de huso ofrecen pistas sobre la natura- leza de las estrellas recién nacidas. La energía, estrechez y escalas tem- porales evolutivas de los chorros protestelares ayudan a restringir los modelos del entorno y las propieda- des físicas de la joven estrella que impulsa el flujo. «Me sorprendió mucho el orden, la simetría y el tamaño del chorro cuando lo vimos por primera vez» , dijo Jonathan Tan, coautor del estu- dio, de la Universidad de Virginia en Charlottesville y de la Universi- dad Tecnológica de Chalmers en Gotemburgo, Suecia. Su detección ofrece evidencia de que los chorros protestelares deben escalar con la masa de la estrella que los impulsa. Cuanto más masivo el motor estelar que propulsa el plasma, mayor el tamaño del chorro. La estructura fi- lamentosa detallada del chorro, captada por la nítida resolución in- frarroja de Webb, demuestra que el chorro está penetrando el polvo y gas interestelar, creando nudos, ondas de choque y cadenas lineales. Las puntas del chorro, en direccio- nes opuestas, encapsulan la historia de la formación de la estrella. «Ori- ginalmente el material estaba cerca de la estrella, pero durante 100.000 años las puntas se fueron propa- gando, y lo que está detrás es un flujo más joven» , explicó Tan. A casi el doble de la distancia del centro galáctico que nuestro Sol, el proto- cúmulo que alberga este voraz cho- rro se encuentra en la periferia de la Vía Láctea. Dentro del cúmulo, aún se están formando unos cientos de estrellas. Estar en los confines galácticos implica que estas estre- llas son pobres en elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. Esto se mide como metalicidad, que aumenta con el tiempo cósmico a medida que cada generación este- lar expulsa productos de fusión nu- clear mediante vientos y superno- vas. La baja metalicidad de Sh2-284 refleja su naturaleza relativamente prístina, lo que la convierte en un análogo local de los entornos del universo temprano, también pobres en elementos pesados. «Las estre- llas masivas, como la que se encuen- tra dentro de este cúmulo, tienen una influencia muy importante en la evolución de las galaxias. Nuestro descubrimiento arroja luz sobre el mecanismo de formación de estre- UNIVERSO

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