Universo septiembre-octubre 2025

32 ASTRO PUBLISHING gas y polvo, lo que proporciona una pista importante para comprender el proceso de formación planetaria. Identificar el período de formación de sistemas planetarios, como nues- tro Sistema Solar, podría ser el inicio del camino hacia el descubrimiento del origen de la vida. La clave reside en las subestructuras únicas que se encuentran en los discos protoplane- tarios, los lugares de formación de los planetas. Un disco protoplaneta- rio está compuesto de gas y polvo molecular a baja temperatura que rodea a una protoestrella. Si existe un planeta en el disco, su gravedad acumulará o expulsará materiales en su interior, formando subestructuras características como anillos o espira- les. En otras palabras, las diversas subestructuras del disco pueden in- terpretarse como «mensajes» de los planetas en formación. Para estudiar estas subestructuras en detalle, se re- quieren observaciones de radio de alta resolución con ALMA. Hasta la fecha, se han realizado nu- merosas observaciones de discos protoplanetarios (o discos circunes- telares) con ALMA. En particular, dos grandes programas de ALMA, DSHARP y eDisk, han revelado la distribución detallada del polvo en discos protoplanetarios mediante observaciones de alta resolución. El proyecto DSHARP descubrió que las estructuras distintivas son comu- nes en discos circunestelares alrede- dor de 20 estrellas jóvenes, cada una con más de un millón de años desde el inicio de su formación es- telar eDisk (ver nota), que investigó discos alrededor de 19 protoestre- llas en fase de acreción (la etapa en la que la acreción de masa sobre la estrella y el disco es activa), halló menos estructuras distintivas. Esta fase ocurre aproximadamente entre 10,000 y 100,000 años después del nacimiento de la estrella. Esto su- giere que los discos presentan carac- terísticas diversas según la edad de la estrella. En este caso, la pregunta es cuándo aparecen las subestructuras, los sig- nos de la formación planetaria, en los discos. Para encontrar la res- puesta, es necesario observar discos de un amplio rango de edades inter- medias aún por explorar. Sin embargo, las limitaciones en el número de discos observables a alta resolución, debido a la distancia y el tiempo de observación, dificultan la realización de un estudio estadística- mente significativo con un tamaño de muestra suficientemente grande. Para superar estas limitaciones, el equipo de investigación recurrió a E l Nordic ALMA Regional Centre node, con sede en el Observatorio Espacial de Onsala, proporciona apoyo integral a los usuarios de ALMA en los países nórdicos (Dinamarca, Fin- landia, Islandia, Noruega, Suecia) y bálticos (Lituania, Letonia, Estonia). [ESO/S. Guisard]

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