Universo julio-agosto 2025

pio sobre objetos del cinturón de Kui- per en nuestro propio sistema solar» . El hielo de agua es un ingrediente clave en los discos que rodean a es- trellas jóvenes. Influye decisivamente en la formación de planetas gigan- tes, y también puede ser transpor- tado por cuerpos pequeños, como cometas o asteroides, hasta planetas rocosos ya formados. Ahora que los investigadores han detectado hielo de agua con Webb, se abre la puerta a estudiar cómo evolucionan estos procesos en muchos otros sistemas planetarios. La estrella en cuestión, HD 181327, es mucho más joven que el Sol: se es- tima que tiene unos 23 millones de años, frente a los 4.600 millones del Sol. Es ligeramente más masiva y más caliente que nuestra estrella, lo que dio lugar a la formación de un sis- tema algo más grande a su alrede- dor. Las observaciones de Webb han confirmado que hay una gran región vacía entre la estrella y su disco de escombros, libre de polvo. Más allá de esa zona, el disco se parece mu- cho al cinturón de Kuiper de nuestro sistema solar, donde se encuentran planetas enanos, cometas y otros fragmentos de roca y hielo que a veces colisionan entre sí. «HD 181327 es un sistema muy ac- tivo» , dijo Chen. «Se producen coli- siones frecuentes y continuas en su disco de escombros. Cuando esos cuerpos helados chocan, liberan pe- queñas partículas de hielo de agua con polvo que tienen el tamaño per- fecto para que Webb pueda detec- tarlas» . El hielo de agua no está distribuido de forma uniforme en el sistema. La mayoría se concentra donde hace más frío y más lejos de la estrella. «La región externa del disco de es- combros contiene más del 20 % de hielo de agua» , explicó Xie. Cuanto más cerca miraban los investigado- res, menos hielo encontraban. En la parte media del disco, Webb detectó aproximadamente un 8 % de hielo de agua, lo que sugiere que en esa zona el agua congelada se produce ligeramente más rápido de lo que se destruye. En la región más próxima a la estre- lla, Webb no detectó casi nada de hielo. Probablemente, la luz ultravio- leta de la estrella vaporiza los granos de hielo más cercanos. También es posible que las rocas conocidas co- mo planetesimales hayan atrapado el agua congelada en su interior, donde Webb no puede observarla. Este equipo, junto con otros grupos de investigación, seguirá buscando y estudiando el hielo de agua en dis- UNIVERSO JULIO-AGOSTO 2025 P or primera vez, un equipo de in- vestigadores ha confirmado la presencia de hielo de agua cristalino en un disco de escombros polvoriento que orbita una estrella similar al Sol, gracias al telescopio espacial James Webb. Todo el agua congelada detec- tada por él está asociada a diminutas partículas de polvo repartidas por el disco. La mayor parte del hielo se en- cuentra en las zonas más frías y aleja- das de la estrella. Cuanto más cerca de la estrella observaron los científi- cos, menos hielo encontraron. [NASA, ESA, CSA, STScI, Ralf Crawford (STScI)] ! cos de escombros y en sistemas pla- netarios en formación activa en toda la Vía Láctea. «La presencia de hielo de agua faci- lita la formación de planetas» , afirmó Xie. «Los materiales helados también podrían acabar siendo “entregados” a planetas terrestres que podrían for- marse en un par de cientos de millo- nes de años en sistemas como este» . Los investigadores observaron HD 181327 con el instrumento NIRSpec (Espectrógrafo de Infrarrojo Cerca- no) de Webb, especialmente sensible a partículas de polvo extremada- mente débiles que solo pueden de- tectarse desde el espacio.

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