Universo julio-agosto 2025

JULIO-AGOSTO 2025 UNIVERSO ! formas de vida. Tampoco se sabe si en una atmósfera de ese tipo, rica en hidrógeno y metano, el tiempo de vida de esa molécula es comparable al registrado en la atmósfera terres- tre. En definitiva, lo que es una bio- firma válida en la Tierra, puede no serlo en otros lugares. Y por si todo lo anterior no fuera su- ficiente, añadamos que, si el origen del DMS en K2-18 b fuera biológico, deberíamos haber detectado simultá- neamente otros compuestos y sub- productos derivados de la descom- posición de las materias primas utili- zadas para producirlo, como el H ₂ S (sulfuro de hidrógeno), pero no hay rastro de ese corolario químico. Si fuera cierto, sería increíble Existen muchas razones de peso pa- ra no creer en el origen biológico del DMS en K2-18 b, pero por pequeña que sea la probabilidad de que en ese planeta existan realmente mi- croalgas u organismos similares, esa probabilidad no es del cero por ciento. Podemos considerar esta po- sibilidad de vida en el marco del “principio de mediocridad”, que propone que las propiedades de una muestra elegida al azar tienden a reflejar las propiedades del con- junto más amplio. Tener “vecinos” a solo 124 años luz podría llevar razo- nablemente a la conclusión de que la Vía Láctea rebosa de vida. Dentro de un radio de 124 años luz alrede- dor de la Tierra hay unas 10.000 es- trellas (algunos dicen la mitad, otros el doble). Dado que no vivimos en una región particularmente privile- giada, podemos suponer que, si hay al menos dos planetas con vida por cada 10.000 estrellas, entonces en toda la Vía Láctea —que contiene unos 200.000 millones de estrellas (algunos dicen la mitad, otros el doble)— la vida debería existir en unos 40 millones de planetas, o en unos 10 millones si adoptamos los parámetros más desfavorables para la proyección. Esto no sería un escenario excesiva- mente optimista, ya que sabemos que la gran mayoría de las estrellas poseen un sistema planetario, y tam- bién sabemos que los subneptunos como K2-18 b son los exoplanetas más numerosos descubiertos hasta ahora en la galaxia. ¿Así que la Vía Láctea está repleta de vida? Sesenta y cinco años de in- vestigaciones del programa SETI nos indican que, al menos en lo que res- pecta a vida inteligente, la realidad difícilmente sea esa. Las observacio- nes con el JWST apenas nos permi- ten empezar a desarrollar modelos para explicar la realidad de las at- mósferas y condiciones exoplaneta- rias. Evaluaciones fundadas, aunque solo sean sobre la posible existencia de vida en un exoplaneta, solo po- drán llegar con muchos años de hi- pótesis, desarrollo de modelos y re- visión científica crítica.

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